domingo, 26 de marzo de 2017

LOS JUSTICIEROS (PC)


El cine y los videojuegos siempre han gozado de una estrecha relación, desde la aparición de los últimos no han sido pocos los que directamente se han visto influenciados por películas de éxito, sobre todo en el género de la acción, y ya no vamos a enumerar la enorme lista de juegos basados en películas de éxito. Una relación que también empezó, con el tiempo, a reflejarse de manera inversa, aunque en ese sentido pocas glorias ha dado a los aficionados al cine.

La relación del cine con los videojuegos va mucho más allá de que una película se versione como juego o de que un juego se versione como película. Directamente existe todo un género dentro de los videojuegos en el que puede decirse que somos los protagonistas de una película. Cinematronics con su revolucionario Dragon´s Lair fue una de las pioneras. Pero otras muchas vieron un filón en el asunto y se subieron al carro. Las aventuras en Full Motion Video tuvieron su auge durante la segunda mitad de los 80 y principios de los 90, compañías como American Laser Games o Digital Pictures se dedicaban solamente a sacar juegos en este formato y eran prolíficas tanto en los arcades como en sistemas domésticos como Mega CD o CDI de Philips. La mayor parte de ellas tuvieron una vida tan efímera como fue la del ascenso y caída del propio género. Aunque no es difícil encontrar en nuestros días la evolución del género, mucho más maduro y jugable en sus planteamientos, en juegos más actuales como Heavy Rain, Beyond: Dos almas, o incluso Until Dawn.


Dragon´s Lair (Arcade)
Power Rangers (Mega CD)
Night Trap (3DO)

Pero volvamos a los inicios de los 90, donde las aventuras en FMV estaban en auge, y alejémonos de las grandes producciones americanas para situarnos en España. Aquí, a una compañía llamada Picmatic afincada en el País Vasco, le iban bastante bien las cosas montando y distribuyendo todo tipo de máquinas recreativas del tipo “tragaperras”, a su gerente por entonces, Antonio Gallardo, empezaba a hacerle tilín ese tipo de tecnología y tenía ya en mente ideas de introducirse en ese mercado, según cuentan en la revista Retro Gamer, se presentó en una famosa feria del sector en Las Vegas, y paseando por la misma, una recreativa de videojuegos captó poderosamente su atención, su título era Mad Dog McCree en ella se mostraba un western interactivo en el cual el jugador con una pistola debía de eliminar a todos los forajidos que le salían al paso. Desde ese momento a Gallardo no le pasaba por la cabeza otra cosa que la de hacer un juego similar en España. A su regreso lo propuso a sus socios y dieron luz verde al proyecto. Y así fue como empezó el desarrollo de la versión original para recreativas del videojuego de hoy, Los Justicieros.

Mad Dog McCree con su expectacular mueble de recreativa

No había tiempo que perder, se necesitaba guionista, se necesitaba lugar de rodaje, técnicos… en definitiva había que formar un equipo para filmar como si de una autentica película se tratara.

El cómico Mariano 1,85 (hoy perteneciente al grupo cómico musical Académica Palanca), con el que Gallardo mantenía amistad, fue elegido para escribir junto con el propio Gallardo el guion del juego.
El justiciero, o sea nosotros, llegaba a un pequeño poblado al este del río Pecos, un lugar azotado por la violencia y la barbarie de una banda de forajidos comandada por los temibles hermanos Zorton. Así debíamos usar nuestras habilidades como pistoleros para librar al pueblo de sus opresores.

El director elegido para el rodaje fue el por entonces prometedor joven Enrique Urbizu, el talentoso director vasco había tenido buenas críticas por una de sus primeras obras, “Todo por la pasta (1991)” y empezaba a estar en boca de todos los entendidos en el séptimo arte. Urbizu se entusiasmó con el proyecto y dio el sí sin mucho tardar a Gallardo.
Y como no, el lugar elegido para el rodaje no podía ser otro que Almería, donde tantas y tantas películas clásicas de los espagueti-western se habían rodado en las ultimas décadas. El desierto de Tabernas cuenta con numerosas estructuras heredadas de aquella prolifera época en la que se rodaban westerns sin descanso. (Las cuales son visitables hoy en día a modo de pequeño parque temático).

Poblado con actuación en el desierto de Tabernas (Almería)

Ahí en el desierto de Tabernas, y con la inestimable ayuda de todos los actores que actuaban de cara a los turistas en el poblado, Urbizu y su equipo se pasaron dos semanas rodando sin parar todo el metraje del juego.

Como nos dice el director, el rodaje del metraje del juego fue toda una experiencia tanto por las condiciones climáticas con un verano extremadamente caluroso, así como por el concepto del juego, había que rodar las escenas varias veces con todas las posibles opciones según interactuara el jugador con ellas.(Estas dificultades son narradas por los propios creadores en el artículo que ya comentamos antes, publicado por la revista Retro Gamer en su número 18.) Así por ejemplo cuando un enemigo sacaba la pistola para dispararnos tenían que grabar la secuencia entera con el forajido recibiendo nuestro disparo y cayéndose al suelo, para después grabar la misma escena con el forajido disparándonos y ganando el duelo, y así con multitud de escenas, grabando todas las variantes posibles en las mismas.

Los problemas técnicos y de presupuesto eran evidentes, la cantidad de actores era limitada, la tecnología de la época también, pero con ingenio, ilusión, y saber hacer todo se iba solventando de manera brillante.

El carácter cómico del juego hacia que los personajes interpretados por José Jaime Espinosa “Don Pepito” (El Sheriff) o Javier Campos (el enterrador), entre otros, fueran desternillantes a la par que entrañables. Sobre todo el último, con sus escenas y frases cada vez que un enemigo nos alcanzaba con su disparo.

El caso es que el rodaje llegó a su fin y los resultados fueron geniales. En Picmatic seguían entusiasmados, y todo el metraje para su montaje y producción quedo ya en manos de los programadores de la compañía vasca

Pero no solo había que montar, doblar y programar, en este tipo de juego y como iba dirigido a los salones recreativos era muy importante el aspecto del hardware, así como montar un mueble con el que el jugador pudiera disfrutar plenamente de la experiencia y a su vez los dueños de los salones pudieran obtener beneficios con el mismo.

Recreativa de Zorton Brothers

Así el hardware que corría el juego era un Commodore Amiga 500, acompañado como no, de un reproductor Laserdisc, una placa diseñada por la propia Picmatic ejercía de controlador entre el ordenador y el Laserdisc con el fin de decirle al reproductor cuales eran las secuencias que tenía que mostrar según el jugador interactuara. El éxito en los salones recreativos de nuestro país fue muy bueno con su imponente mueble el juego llamaba la atención del público. Así, también se exportaron muebles al extranjero, a países como Francia o Inglaterra, donde el nombre del juego se cambió a “Zorton Brothers”, y la acogida en esos mercados fue muy decente.

Los Justicieros / Zorton Brothers (Arcade)
Los Justicieros / Zorton Brothers (Arcade)
Los Justicieros / Zorton Brothers (Arcade)

Este éxito animó a Picmatic a lanzar más juegos similares, “Marbella Vice”(1994), una cómica aventura de policías en una corrupta Marbella, y “Tierras Salvajes” (1995) con el cual intentó repetir sin lograrlo el éxito de los Justicieros. Pero eso ya son otras historias. El caso es que volviendo a lo que nos atañe, Los Justicieros había sido un gran éxito por lo que el mercado doméstico se veía apetecible, varias desarrolladoras y distribuidoras llamaron a la puerta de Picmatic aquellos meses, y quien al final se llevó el premio fue Dinamic Multimedia, por entonces la compañía madrileña estaba en auge y era uno de los más grandes desarrolladores del software patrio en PC.


El desarrollo de una versión para los ordenadores personales pasó a realizarse en los estudios de la compañía madrileña, y además un equipo nuevo de programadores y artistas se unieron al proyecto de la conversión. Un trabajo, que pese a lo que pueda parecer, dio más problemas de lo previsto. Había que trasladar la esencia de una cara recreativa a las pantallas del ordenador de un usuario medio y además había que dotar al juego de novedades que lo hicieran más “interesante” a la par que rejugable.


El primer escollo a salvar era convertir el video de Laserdisc a un formato que pudiera leer el PC desde un CD Rom y además hacerlo con la menor pérdida de calidad posible.
Obviamente comprimir el video era imperativo por lo que tuvieron que crear un códec ya que por esa época no existían todos los que tenemos hoy en día, ni el Divx había aparecido y el MPEG estaba en pañales aun para PC y aparte los lectores de CD eran aún muy “jóvenes” por lo que raramente superaban velocidades de 2X en la mayoría de los equipos. Un arduo proceso que fue solventado decentemente gracias a la pericia de los programadores.


Si jugamos hoy a los Justicieros en PC, nos vamos a encontrar con un video “feo” para los estándares de hoy en día, incluso en su época no era ni de lejos de lo mejor que podíamos ver, el video se muestra a una resolución bastante baja y además se pixela la mayor parte del tiempo cuando la cámara está en movimiento. Fue el precio a pagar en la conversión a PC y también el hacerlo compatible con la mayor parte de las maquinas del mercado por entonces. Aun así el juego es perfectamente jugable y aunque a veces nos costará ver a algún enemigo lejano, su concepto de ensayo y error hace que pronto memoricemos las posiciones de todos ellos. La detección de impactos es bastante decente aunque a veces nos veremos disparando antes de tiempo en una escena lo cual hará, que aunque veamos que impactamos al rival, este no caiga muerto al suelo y nos dispare a nosotros. Pequeños “defectos” habituales en la época que no lo son tanto si consideramos que estas escenas son el embrión de los posteriormente famosos “quick time events” donde el “timming” de nuestras acciones es importante.


A veces se notan pequeños fallos de montaje, como escenas que se siguen muy bruscamente, o incluso en alguna ocasión se llega a escuchar el sonido de la claqueta al empezar a rodar la escena. Otras veces, el video no va del todo fluido y se entrecorta el sonido. En su época podíamos ver producciones con mucho mejor apartado grafico pero es de elogiar el trabajo de Picmatic y Dinamic en este aspecto, sobre todo conociendo de sus bocas todos las trabas técnicas que tuvieron en su adaptación.

En lo que se refiere al apartado artístico, o más bien la fotografía tratándose del tipo de juego del que estamos hablando, nos trasladaremos por completo al lejano oeste, si habéis visitado el poblado del desierto de Tabernas en Almería, no tardareis en descubrir gran parte de sus edificaciones. Y el equipo de rodaje con gran cantidad de profesionales ha conseguido que te veas inmerso en una película, que obviamente salvando las distancias, nada envidia en cuanto a ambientación y actores a muchas de las películas de la temática.



Por tanto con sus pros y sus contras, y siempre hablando de lo que una película interactiva puede ofrecernos, nos queda un apartado gráfico cumplidor, que con más medios y sobre todo presupuesto podría haber sido mejor, pero que en su época a todos nos encantaba.

El apartado sonoro es muy decente, y aunque aquí también sin llegar a los niveles de la versión arcade, el doblaje del juego es excelente y la cantidad de efectos sonoros también están muy conseguidos. Hay que destacar que al añadir importantes novedades en el desarrollo del juego se han añadido nuevas voces que no aparecían en el original, así por ejemplo están los clásicos “baaalassss” o “dineeerooo” entre otras, que escucharemos frecuentemente cada vez que registremos los cadáveres de los forajidos abatidos.


Destacamos es este punto que para la ocasión se decidieron incluir más escenas “post mortem” en el juego, para ello se usó parte del metraje del último juego de la compañía, el cual mencionamos antes, “Tierras Salvajes”. En ellas Paco Calatrava (El “feo” del dúo humorístico Calatrava) aparecía caracterizado de indio y se quejaba por nuestra falta de puntería, haciendo que se te escapara la risa en más de una ocasión con sus cómicos sermones. Otro acertado añadido para esta versión doméstica.

Se echa en falta en este apartado los diferentes sonidos de los disparos que si tenía la versión original, y también hay que destacar que algunas de las voces añadidas, sobre todo en los mini juegos podían haberse realizado muchísimo mejor… si no me creéis, poner el mini juego de la brigada de incendios y me decís…


Y ya que hablamos de los mini juegos, como decíamos antes, estos fueron añadidos para alargar y dar más profundidad a la experiencia de juego, y tienen también una razón de estar, ganar dinero y con él, acceder a parte de las novedades de esta versión doméstica, me explico:

La versión PC fue dotada de un desarrollo algo más pausado, un desarrollo que hacía que pudiéramos ser un poco más libres a la hora de desarrollar nuestra aventura, para ello se creó un mapa del poblado donde podíamos movernos en cierta medida y dependiendo de la situación de la aventura, un poco a nuestro antojo. Este mapa por ejemplo podemos observar una armería, y es que a veces debemos de aprovisionarnos de munición. A diferencia de la versión de recreativa, aquí las balas son limitadas, por lo que tenemos que ser más cautos a la hora de disparar y sobre todo buscar más balas ya que corremos el peligro de quedarnos sin ellas en medio de una escena.

Para ello los programadores decidieron que después de cada escena la acción se parara permitiéndonos registrar el escenario en busca de balas extra y también de dólares con los que mejorar nuestro equipo, así, si necesitábamos munición o un arma más potente, solo teníamos que pasar por la armería y gastar nuestros dineros.



La cosa suena muy fácil, pero en la práctica no lo era tanto, y es que a veces cuando un enemigo nos abatía, aparte de perder parte de nuestra preciada salud, podían quitarnos algo de nuestro equipo, ya fuera nuestro dinero, parte de nuestras balas o incluso algún arma extra que lleváramos. Cuando pasaba eso no era muy recomendable seguir la aventura, y se hacía necesario reponer nuestro arsenal. El dinero es escaso en el juego y puede que lleguemos a un punto en el que ni tengamos munición ni dinero con el que comprarla, por lo que no nos queda otra que darnos al juego (opción poco recomendable) o trabajar.Si accedemos a la oficina de empleo podemos ver que se nos ofertan dos trabajos de manera aleatoria con una suculenta recompensa que va en función de la dificultad del mini juego que contienen.


Los programadores se estrujaron la cabeza para proponernos divertidos y originales mini juegos basados en la lógica en su gran mayoría, que harán que pare un buen rato la acción mientras nos estrujamos los sesos para resolverlos. Así por ejemplo tendremos que hacer que un tren recorra todas las vías de un puzle intentando no quedarnos sin combustible antes, o que una diligencia pase por todos los pueblos del mapa y vuelva a su origen sin pasar dos veces por el mismo sitio, separar por colores el ganado, o rescatar a una familia de un incendio teniendo en cuenta su peso ya la hora de hacerlos bajar con una polea. Una pequeña muestra de gran cantidad de mini juegos que te harán pasar un buen rato a la par de que una vez resueltos harán que tu avance por el juego principal sea más llevadero.Como decíamos antes también podemos intentar ganar dinero de manera más fácil, así podemos acercarnos al bar y apostar nuestro dinero a los dados o a las cartas, pero esa opción es menos divertida y también menos fiable.



Un gran añadido a la versión domestica que alarga sobremanera un juego que por su concepto puede hacerse repetitivo y poco rejugable a las pocas partidas, un punto a favor de sus creadores que tuvieron en cuenta este aspecto y trabajaron para que el usuario doméstico pudiera prolongar su experiencia.

Tenemos que tener en cuenta también, que en el mapeado hay otros emplazamientos que guardan relación con la aventura, y otros que pueden ayudarnos, como por ejemplo un médico que a cambio de una buena suma de dinero nos curara un poco la salud, o una opción de guardado muy acertada, en la cual el banquero nos ofrecerá a guardar nuestro dinero y también salvará nuestro progreso hasta este punto. Muy útil sobre todo en las primeras partidas, cuando vamos memorizando aun los patrones de los enemigos y se nos hace algo pesado repetir las escenas que ya dominamos.


Como veis el mapa del pueblo es un añadido que hace que el juego sea un poco menos “arcade” y le da más profundidad, tanto, que incluso al desplazarnos por el poblado, aleatoriamente, podemos toparnos con algún bandido que nos coja desprevenidos y nos rete a un duelo de complicada resolución.

Todos estos añadidos fueron elogiados por la prensa en su momento y muy bien recibidos por los usuario, y dan una idea del interés que en Picmatic y en Dinamic pusieron en esta versión. Versión que por cierto y como pasaba con la mayoría de los productos de Dinamic, se vendía hasta en quioscos. Su precio de 2995 pesetas (unos 18 euros para los lectores más jóvenes) hacía que fuera un producto más que atractivo, además Dinamic se encargó como era habitual, que su publicidad abordara toda clase de prensa escrita e incluso para este juego se encargaron anuncios de doble página, anunciando a bombo y platillo su condición de primera película interactiva hecha íntegramente en España.


Incluso en Micromania se incluyó una demo jugable en la que la única limitación era el tiempo disponible para disfrutar el juego, tras esa cuenta atrás se cortaba la acción y nos animaba a comprar la versión completa (no fueron pocas las veces que jugué a esta demo). Más tarde el juego fue incluido en una de esas fantásticas colecciones de videojuegos que a veces le daba por realizar a el diario “El Mundo”, esta segunda versión del juego vendió como churros dado su bajo precio y el juego llego a un público aún más amplio.

Por eso hoy en día y aunque como veis el juego en si no pasa de ser un juego correcto y bien hecho, sin llegar ni mucho menos a considerarse un referente, goza de gran aceptación entre la gente que lo pudo disfrutar en su época y siempre se le recuerda con buenas palabras y nostalgia. Y forma parte destacada por méritos propios, de esa gran y muchas veces injustamente olvidada historia del software de nuestro país. Así que... ¿A que estas esperando justiciero? ¡Desenfunda!





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